Manuel Raygada, que vivía por ese tiempo en Santiago de Chile, le comentó que por los años 30 un amigo chileno le contó que cuando Gardel estuvo en Chile, en 1917, un vaporino peruano le obsequió a Gardel el poemario "Algo mío" de Federico Barreto y como a Gardel le gustó el soneto "Queja a Dios" (Jaspe en su nombre original), le puso música de vals titulándolo "Ay Aurora".Artículo subido el 12/05/21