Silvano Marconi en Argentina Tango / España- En búsqueda de la milonga perdida

Y mientras va haciendo su recorrido Silvano Marconi, italiano e ingeniero, pero también sicólogo, de la familia del famoso inventor al que debemos la radio, entre otras cosas... por milongas de toda España, Buenos Aires, otras ciudades de Argentina y Uruguay, además de su Italia... baila y mira, habla con los milongueros, recoge sus experiencias, les cuentan cosas; glosa y hasta propone un contrato firmado para los amantes del tango bailado; desde su óptica profesional nos muestra a los arquetipos psicológicos, pero enfocados en su faceta de asiduos a los lugares para bailar el tango. Y todo esto lo hace en el libro "En búsqueda de la milonga perdida"
Silvano Marconi nos abre ventanas para ver las milongas
Que nos sirven, y mucho, para entender cuanto allí ocurre mientras Biaggi, D´Arienzo, Fresedo y otras grandes orquestas reviven, cada noche, en tangos, valses y milongas que dejaron grabadas, a veces aún a finales de los años `30. Sus cadencias ponen en marcha las miles de figuras que los milongueros de infinidad de países, hoy mismo, se marcan. Me consta por haberlos visto en acción en el Primer Festival Eurotango de Madrid (2008) en el Círculo de Bellas Artes. Allí bailarines llegados de muchos países, unos cuantos que cruzaron el Atlántico desde Canadá y Estados Unidos, mostraron su calidad reflejada en distintos estilos y personalidades, expresadas en la pista. Marconi apunta a esto en varios capítulos: cómo a cuanto te enseñen muy buenos profesores de baile, le tienes que imprimir tu impronta, ser un creador mientras bailas.
Amores, desamores, celos, ligues y otras yerbas
En un manojo de relatos, de aparente ficción pero seguro que cimentados en cosas ocurridas, Silvano Marconi plasma momentos, pantallazos, hechos que ocurrieron y en su libro se cuentan. Me ha llegado en especial "El payaso blanco", un emotivo texto del que entresaco un párrafo, cuando la vida se le va a su compañera milonguera, andaluza ella: "Al volver a casa despues de la milonga, a las cuatro de una trágica madrugada, el conductor borracho de ese camión que los atropelló, a ella de lleno y a él solo de arrastre, se defendió diciendo que no los había visto porque venían de negro. Ella se durmió ahí, bajo las ruedas posteriores, como una muñeca rota, con su vestido de baile, en la mano la bolsita roja con los zapatos de tacón alto, y una extraña expresión en la cara, que parecía disculparse por marcharse de una forma tan poco tanguera"... maravilloso texto, con tantas imágenes y sugerencias, tanto en lo transcripto como en el resto de esta pincelada humana. Así son las demás viñetas tangueras que plasma con su pluma, en un idioma que no es el suyo, este milonguero itálico que sobrevuela, desde Cartagena, las pistas del Levante y allá donde vaya su aleteo inquieto.
Roma con "El cura tanguero" más el "Campeonato Mundial"
Alguna vez conté en charlas de tango, programas de radio y notas, cómo para que la Iglesia Apostólica Romana levantara el veto sobre el baile del tango, desde París le llevaron al Papa Pío X, allá por 1911 creo, a una pareja de baile, que danzaron en su presencia. El Papa aceptó esa forma de bailar y la bula dictada dio pista libre a los católicos tangueros del mundo. Lo que no supo Su Santidad... que esa pareja integrada por nobles italianos que vivían en París... eran ¡hermanos!. Si en Argentina decimos más aburrido que bailar con la hermana, por algo será. Lo cierto es que Silvano vuelve a su Roma natal y allí se entera de un curita que, debidamente camuflado y desplazándose varios kilómetros, se manda sus noches arrabaleras con cortes y quebradas! Mientras esto ocurre, querido paisano de mis nonnitti... tienes toda la razón del mundo, ha sido un error de comunicación monumental ponerle "Campeonato Mundial" a, como bien sugieres, porque eso es el tango... un encuentro internacional donde Buenos Aires pone las pistas, la organización, orquestas y cantores. Y de todo el mundo vienen los bailarines para mostrar sus grandísimas cualidades como tales, con las parejas argentinas haciendo también lo suyo. Esa costumbre nuestra de futbolear con todo... si al Papa Francisco los de San Lorenzo de Almagro lo tenemos a mal traer!
"¿Los italianos son mujeriegos?" anche ¿Los argentinos?
En ese capítulo comentas algo que nos vale también a los argentinos en España, como bien dices, que tenemos tantos códigos españoles e italianos adquiridos y adaptados, espero que con una buena mezcla. Lo decimos siempre con nuestros paisanos, expresamos las cosas y hablamos con la gente de una manera distinta a como se hace aquí... pero vale aquello del tango... "Si soy así, que le voy a hacer". De cómo exteriorizamos y, por qué no, piropeamos a las mujeres e incluso halagamos a nuestros amigos en general, por escaparse de las costumbres sociales locales (En Andalucía puede que sean más parecidos a nosotros), se nos puede malinterpretar. Piensa Silvano que en Argentina pueden ir un hombre y una mujer por la calle, pasándole él su brazo por el hombro a ella, sin ser más que amigos. Incluso lo podemos hacer entre pares del mismo género y no es más que ese tocarse fraternal, sin intención alguna, que aquí está muy prohibido.
Un buen libro de un tanguero de ley, un abrazo querido Silvano Marconi
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