Patricia Malanca en Argentina Tango / España - Del psicoanálisis lacaniano al escenario

Aunque para ser más precisos, Patricia Malanca, tú sentada en el sillón, atrás. El analizado en el diván… después lo pondremos al tango allí. Mientras tanto les contamos a nuestros lectores que has tenido un alto cargo en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como Directora de Cultura de la Legislatura Porteña.
Pero ¿Sabes? Los que estamos “allende los mares” queremos saber de los artistas que emergieron en estos años en Argentina nos hablen de su ciudad natal, la escuela, los caminos seguidos en la formación profesional. Cuéntanos cosas de tu vida…
Soy de Avellaneda, una localidad de los suburbios que está al sur de la Ciudad Buenos Aires, apenas separada por lo que se conoce como el Riachuelo. Avellaneda es una ciudad donde a principio de siglo XX se instalaron los inmigrantes europeos de menores recursos que compondrían la clase obrera fabril de la zona, en rubros como el frigorífico, la curtiembre y la metalurgia.
Con abuelos ucranianos, rumanos y hasta con una abuela indígena, me crié en esa atmósfera, y esos olores. La casa donde me crié quedaba frente a un terraplén desde donde veía caer los ocasos más lánguidos que recuerdo y todas las tardes a la salida de la escuela, me sentaba a ensayar con la guitarra alguna canción del folklore popular, mientras esperaba para saludar a los motoristas de los trenes cargueros que pasaban puntualmente.
Andaba en esos ritmos, cuando el profesor de música descubrió en la escuela mi potencial y cierto talento para cantar. Fue allí donde me estimularon muy fuertemente para aprender a interpretar. Incluso en la misma escuela, llegaron a formarse coros y conjuntos musicales que integré con 4 o 5 niñas con repertorio totalmente tanguero. A partir de allí, nunca dejé de cantar, ni siquiera cuando me gradué de licenciada en Psicología, ni cuando ejercí cargos como funcionaria pública. Traté por todos los medios de hacer convivir mis vocaciones: sin una cosa, no soy la otra.
¿Podríamos decir que venías con el tango incorporado en tu vida… o lo descubriste en un afán de búsquedas?
El tango era un sino inapelable en mi historia. Mi papá era tanguero y milonguero. Mi barrio era tanguero. Los orígenes de la ciudad donde nací, Avellaneda, en el 1900 quedó reflejada en las historias de las letras de los tangos escritos en esos tiempos, que describen relatos de traiciones y amores desencontrados entre guapos, malandras, y compadritos que se defendían a facón y pistola en tiempos sociales convulsionados.
Hoy en día entiendo que fue un hallazgo que siendo adolescente me identificara con las letras de los tangos, que solía rebuscar en el arcón de vinilos de mi papá o del padre de mi primer noviecito. No soy una cantante que llegó al tango luego de explorar otros ritmos. Lo primero que canté en público fue un tango, mi vida está atravesada por el tango, y creo que me moriré en un tango.
Y ya que eres psicóloga… lo tendemos al tango en el diván… ¿Cómo lo ve al paciente, Doctora?
Es cierto, y encima lacaniana. Pero siento que hoy en día no recibo al tango como paciente, sino que ahora tengo bajo consulta a su hijo. Y como todos los hijos de padres célebres, lo veo rebelde, cuestionador, reverdecido, buscando su destino y por sobre todas las cosas, lo veo al tango en un pleno estadío de reproducción.
Buenos Aires es una usina de historias bohemias que es la matriz y alma de todo tango. Tango es nostalgia, es revisión, es mirar atrás y añorar. Es el Rosebud del Ciudadano Kane. Argentina atraviesa un muy buen momento socioeconómico, muy frondoso en lo cultural. Eso permite que los poetas y músicos puedan vivir de lo que hacen, generar nuevas letras, nuevas músicas y evocar los tiempos de crisis desde una mirada retrospectiva. Creo que hoy la matriz de la nueva poética gira entorno del amor, más que la denuncia social, y que lo novedoso es el aporte innovador que brindan las historias que cuentan las mujeres, de algún modo, interpelando toda la tradición tanguera masculina.
Oye Patricia… no puedes dejar de agradecerle a nuestro psicoanalizado tango el que te permitiera visitar tantos escenarios, tanto mundo, tanto barrio porteño también…
Japón, Autralia, Nueva Zelanda, Singapur, Chile, Brasil, Cuba, España, son algunos de los países cuyos escenarios me han dado su bienvenida. Pero los grandes escenarios, no me impiden darme el gusto de caminar otros escenarios improvisados más bohemios, que se arman en las callecitas cortadas con adoquines de Buenos Aires.
En torno de los suburbios o de los bares clásicos, donde se generan climas únicos por los personajes que habitan a Buenos Aires. El Café Homero, la Botica del Ángel, el Café de los Angelitos, 36 Billares, el Museo Casa Carlos Gardel, la Esquina Cátulo, Sanata Bar, los Laureles, o cualquier plaza porteña en la que haya pueblo con ganas de oír buenos tangos.
¿Cómo has percibido la manera en que escuchan y siente el tango en otros países? pensando en los oriundos, que argentinos y uruguayos los tendrás en todos tus conciertos internacionales…
Especialmente cuando llevas tango cantado a países de lengua sajona, la veta interpretativa pasa a ser vital para el cantante que intenta salir airoso y producir un hecho artístico único que inocule tango en las vísceras del espectador. Las piernas del bailarín de tango no tienen letra, las piezas instrumentales que interpretan las orquestas no tienen letra, la poesía del autor de tango sí las tiene, y requiere que el cantor se enfunde en la interpretación para poder involucrar al espectador.
El público de Buenos Aires, Uruguay, es muy expresivo cuando aprueba con el aplauso a sus artistas, que no es habitual en otros países. Sin embargo, los japoneses conocen a la perfección las letras de los tangos, las tararean por fonética o hasta llegan a aprender nuestro idioma por absoluta devoción tanguera.
Vas a los barrios… ¿Podríamos decir que es como beber en las fuentes del tango?
Durante los 10 años de la crisis más dura que sufrió la Argentina me especialicé y desempeñé como psicóloga en el ámbito social, específicamente en la atención de personas que duermen en las calles. Ese trabajo me permitió vivir las experiencias más hondas y profundas que almaceno no solo como trayectoria, sino que formaron mi forma de ser y sentir.
Esa tarea también, me obligaba a desplazarme por todo Buenos Aires, no solo el que resplandece cuando se encienden las luces del centro, sino que me obligaba a sumergirme en el Buenos Aires subterráneo, el que aloja desde las historias más crueles hasta las más solidarias. Muchas veces el tango, fue el canal de comunicación y el lenguaje que yo utilizaba para poder comunicarme con los desangelados, con aquellas personas sin hogar, que no aceptaban el convite de venir a dormir a algún albergue estatal, pero quienes tal vez, recibían con mucho mejor ánimo la compañía de una voz que les cantaba un tango, como único abrigo en sus ranchadas a la luz de la luna.
Hemos anunciado de la presencia tuya acompañada por Gaby y Geraldine en festivales… Justo Daract, Chivilcoy o en el acto del Día del Tango en el Congreso Nacional… luego hablaré con las tres reunidos en una mesa de café… pero dime tus vivencias cuando las tres se transforman y son… “Muñecas bravas”
Además de mi carrera individual como cantante, desde chica vengo integrando grupos de tango coral femenino. De todas las versiones de las que participé, por ejemplo, en Grupo Sur Tango, Las Papusas… esta apuesta de MUÑECAS BRAVAS es la más audaz y la más cincelada. En lo artístico, creo en el “estilo” como el matiz único de cada artista, con un ADN irrepetible. Gaby, Geraldine y yo tenemos eso, un estilo único bien diferenciado entre las 3. Gaby, la especialista en melodías con armonías difíciles donde exhibe su voz caudalosa. Geraldine en su estilo de tango canyengue fusión con otros ritmos como cumbia, rock y en mi caso, un estilo más arrabalero de salones milongueros reos.
La unidad está en el mensaje, calibrado y realzado por nuestras propias personalidades, nuestras complicidades y permisos de espontaneidades en el escenario. Además, hay buena onda, nos divertimos haciéndolo, y se nota. La mejor forma de definir a este trío es “poderoso”.
Patricia, estamos esperando ese primer disco tuyo, como solista. ¿Qué repertorio has abordado?
La productora independiente con la que estoy grabando y co-produciendo mi disco es ArtMenú de Dany Rivas. Mi director musical es Pelusa Romero con quien estamos culminando un disco que se vislumbra que será “de culto”. Para cada tango se ha pensado una formación musical específica. Es un disco muy pensado, en el que han participado incluso artistas de la productora que interpretan otros géneros como el rock o la música rioplatense, aportando letras y nuevos ritmos, sonidos y las voces en los coros.
Es un disco que busca generar ese clima de intimidad del susurro que se siente cuando alguien canturrea en la cabina de un auto con letras que sirven para canalizar aquello que tenga que hacer catarsis y fluir en cada uno. El repertorio va desde tangos clásicos como “El último Café”, “Torrente”, “Nunca Tuvo Novio”, “Romance de Barrio”, hasta Tangos nuevos de autores noveles como “Daría” de Diego Baiardi o la milonga rioplatense “Más Cielo” de Martín Elizalde.
Viéndote multifacética la pregunta es de cajón… ¿Cómo haces para compatibilizar todas tus actividades?
Jajajaja. Lo primero que me arrancó la pregunta, fue una carcajada. Yo siempre digo que me muevo en un polirrubro vital en el que siempre tendré un proyecto que me mantenga viva y honrando esa vida que elegí. Creo que como tal, se han enredado el tango, el psicoanálisis y mi vocación por la gestión cultural, el trabajo social y comunitario, tanto como se ensortijan los rizos de mi pelo enrulado.
Trabajo mucho y me apasiono por cada cosa que hago, pero vengo de familia que me educó con ese ejemplo. No está muy lejos del resultado alcanzado. Una vez lo escuché decir a Sábato que los especialistas que se abocan a una sola actividad, iban a destruir a los intelectuales y que ese era el primer paso a una humanidad colonizada. Manteniendo la neurona activa, curiosa y libre, siempre se encuentran los tiempos para compatibilizar el deseo con el deber.
Ya nos has dicho que eres consciente que han llegado a la interpretación del tango muchas voces e incluso músicos, creadoras y compositoras femeninas en poco tiempo, todo un abordaje… ¿Es como una toma del poder por la mujer, cambiando el rol de ser sólo el personaje de sus letras o la bailarina a la que “la llevan”?, siendo que siempre ha habido excelentes cancionistas o cantoras, como las presentábamos. Tu punto de vista sobre este proceso…
Sí, y es lo más impactante de este clima de época de liderazgos femeninos en Latinoamérica también. Hay una muy interesante iniciativa de un coleccionista de perlas tangueras, que hizo un recuento de algo así como más de 600 mujeres argentinas interpretes de tango. Yo estimo que esa cifra debe ascender fácilmente a 1000 con aquellas que aún no han salido a la palestra.
La mujer argentina se incorporó al mercado laboral muy fuertemente con la crisis en la Argentina, cuando las familias percibían que con un solo salario ya no alcanzaba para mantener el hogar. Es así que las mujeres, arrojadas por la necesidad, pero dueñas de sí mismas a fuerza de laborar, empezaron a vivir nuevas experiencias y a atravesar las historias que relatan las letras de los tangos que otrora fueran propiedad exclusiva de los hombres.
La complicidad con las mujeres que asisten a mis recitales es muy fuerte en ese sentido, mucho más que con los caballeros. Creo que eso es una búsqueda ex profeso, mirar a los ojos y expresar mi solidaridad de género en cada interpretación, como si fuera una caricia por los dolores sufridos al atravesar los cambios culturales de estas décadas para los cuales tal vez, no estábamos totalmente preparadas. A veces, veo en los ojos de muchas mujeres que vienen a mis recitales, que esos tangos las remiten a historias o situaciones inconfesables, que en ese mínimo instante se exorcizan como fantasmas en el aire en una comunión mágica.
Patricia Malanca, no sé si en el diván o sentados en un café ¿Te parece en Pompeya? Sin precisar el lugar y momento, sé que volveremos a charlar. Hasta entonces te digo gracias por este grato momento pasado… y un hasta luego
Claro ¡por supuesto! Tal vez, en la esquina del tango Manoblanca. Una vez me contaron en secreto mis padres que, si bien nací en Avellaneda, en Pompeya es donde fui concebida. Nada mejor que los buenos encuentros en los lugares de concepción.
Hasta ese día en Centenera y Tabaré, Patricia. Ahora nos quedaremos escuchándote cantar “Daría” de Diego Baiardi y Mariano Heler, como anticipo de tu disco… Te acompañan, al piano Osvaldo Belmonte, en violín Quique Condomí y el contrabajo con Roberto Seitz
Daría
Tango argentino (2012)
Letra: Diego ¨Laucha¨ Baiardi
Música: Mariano Heler
Desde que te fuiste me dejaste este dolor
junto a las preguntas sin respuesta.
Tu armario vacío, fotos de los dos,
las promesas que me hiciste y hoy no cuentan.
Entran los fantasmas hasta nuestra habitación
por las celosías del balcón,
dulce y sanguinario vuelve el eco de tu voz,
yéndote y pidiéndome perdón.
La noche llega en sufrimiento,
mi pena que no encuentra paz.
Daría todo lo que tengo para volver el tiempo atrás
y así poder cambiar ese momento
en el que no te supe amar,
pero me envuelve la resignación
y el miedo a nunca perdonar.
Sueños que soñamos, el futuro que se fue.
Hoy riego alegrías que eran nuestras.
Van entreverándose tu tozudez
con mi terca alma de niña que protesta.
Besos desencuentros la esperanza del ayer,
lógica escondida en el azar.
Corazones rotos, otro nombre de mujer,
un adiós y lágrimas de sal.
Eduardo Aldiser
Argentina Mundo con los intérpretes del tango argentino que lo difunden por el mundo