Segismundo Holzman en Argentina Tango - Recordado Presidente del Ateneo Porteño del Tango

En este portal días atrás Rodolfo Ghezzi mencionaba al Sr. Holzman con motivo de la reinauguración de la Esquina Discépolo en Buenos Aires. Los colegas de CIUDAD 1 lo entrevistan y, por su interés, reeditamos dicho reportaje para los argentinos emigrados a España, Europa, el Mundo.
Medio siglo de Ciudad
Desde su incesante actividad en el Ateneo Porteño del Tango, Segismundo Holzman colabora para que el espíritu de Buenos Aires siga latente. Los nombres legendarios del tango se suceden uno tras otro con suma naturalidad en una charla con Segismundo Holzman. Es que las anécdotas de este "porteño de Zárate" como dice que le dijo una vez Homero Expósito, involucran siempre a personajes emblemáticos de esta Ciudad.
Segismundo Holzman, al igual que los hermanos Homero y Virgilio Expósito, nació en Zárate, provincia de Buenos Aires, hace setenta y pico de años. De manera inevitable, el fantasma de su amigo Homero sobrevolará la conversación todo el tiempo, convocado por Segismundo, quien lo traerá a colación siempre que tenga la necesidad de reafirmar algún concepto, como quien apela a las sentencias de un maestro.
¿Quién es Segismundo Holzman? Formalmente, es el presidente del Ateneo Porteño del Tango. Es el responsable, también, de que haya una esquina para Enrique Santos Discépolo en la Ciudad -reinaugurada hace pocos días- y el mentor de lo que se conocerá dentro de poco como el Paseo Enrique Cadícamo, en el microcentro porteño, lugar que hasta ese momento seguirá llamándose Pasaje Carabelas.
"Yo siento que le debo eso a Cadícamo", confiesa. "Un tango como `Nostalgia´, por ejemplo, en 3 segundos te describe una situación amorosa como nadie. `Hoy vas a entrar en mi pasado´. Es inédito en la historia de la literatura eso".
Si bien Cadícamo y Discépolo eran porteños, llama la atención que grandes poetas del tango como Homero Manzi o Expósito, fuesen del interior y hayan podido pintar tan bien a Buenos Aires.
"A mi me parece que tiene que ver con el impacto que produce la gran Ciudad. Homero Expósito vino a vivir acá en los años ´20, pero Buenos Aires siempre fue monumental, incluso en esa época. Proporcionalmente había una diferencia con respecto a lo que era Zárate o Añatuya (el lugar donde nació Manzi, en Santiago del Estero). Y ese impacto que sintieron ellos se transformó en amor por el terruño nuevo, aunque sin olvidarse del propio. Yo suelo pasar por el Obelisco no sé...doce, catorce veces por mes, qué se yo, y lo sigo mirando como cuando era pibe y venía con mis padres y mis hermanos mayores de Zárate".
¿Por qué produce esa fascinación Buenos Aires a los que vienen a vivir en ella?
"Yo creo que los que vienen a vivir acá, los que hemos venido a vivir -yo ya tengo 50 años de residencia porteña- amamos esta Ciudad, nos incorporamos, nos mimetizamos con Buenos Aires, porque tiene todo, como dice Chico Novarro. Es una Ciudad que lo tiene todo. Cuando yo me vengo a vivir acá mi madre quedó desconsolada, "¿Cómo te vas a vivir a Buenos Aires, si no te falta nada acá". Y yo le dije "Mamá, yo no me voy a vivir a Buenos Aires, yo me voy a vivirla", le dije".
Mucho habrá tenido que ver el tango...
"Como dijo Ernesto Sábato, el tango es el fenómeno más original que produjo el Río de la Plata. A veces me pregunto qué sería de esta Ciudad sin él. Leopoldo Marechal decía que el tango es una posibilidad infinita, que todo lo permite. Piazzolla, por ejemplo, aprovechó esa posibilidad como nadie. Él nunca renegó del tango; él renegó del tango original, porque entendió que en los años ´50 ya estaba, ya se llevaba medio siglo de arrabal y entendió que esa etapa estaba clausurada. Y pudo hacerlo porque tenía capacidad, tenía visión, tenía estudio.
Seríamos injustos si únicamente encasillásemos a don Segismundo con el tango. El fútbol, por ejemplo, ha sido otra de sus grandes pasiones y una fuente inagotable de recuerdos que tienen que ver con el club Atlanta y su época gloriosa, aquella de los años ´60 y parte de los ´70, cuando era presidido por León Kolbowski. Por aquel entonces, un joven Holzman formó parte de los entretelones del fútbol grande de nuestro país -en un club tan porteño como Atlanta- y guarda un afectuoso recuerdo de esos dirigentes que hicieron historia, como Alberto J. Armando (Boca), Antonio Vespucio Liberti (River) o el mismo Kolbowski. El tango y el fútbol, entonces. Dos elementos indispensables de la porteñidad".
¿Qué es para usted "ser porteño"?
"A mí me parece que la definición sobre "ser porteño" se ha transformado en volátil. Por ejemplo, el porteño viaja mucho, entonces eso hace que se vaya perdiendo cierto sentido local de la cosa. Pero hay pasiones que son características de Buenos Aires y que la magnifican; eso no se perdió para nada. Y la pasión por la noche porteña tampoco se ha perdido. Ese tipo de bohemia artístico está, aunque muy fraccionada, muy dispersa, porque hay otro tipo de necesidades también.
También sucede que los tiempos modernos hablan un poco del olvido de cierto sentido de pertenencia. Hoy es difícil decir "soy de Villa Crespo, soy de Paternal, Barracas", no. Hoy es "vivo en Paternal, vivo en Barracas, vivo en Villa Crespo". Son muy pocos los que dicen "soy". Entonces, el fenómeno barrial que distinguió a Buenos Aires se cosmopolitizó.
Segismundo Holzman, de Zárate, pero con medio siglo de porteñidad a cuestas
CIUDAD 1, portal de la ciudad de Buenos Aires, República Argentina
ARGENTINA AL MUNDO, con el tango, reflejando la actividad del país para los argentinos en España, Europa, el Mundo